Es una de las ciudades más antiguas del mundo, y eso impone. Sus calles ocultan siglos de historia. Y sus atractivos son tantos y tan variados que abruma. Lo mejor es llegar a la capital de Israel con las ideas claras para visitar lo más importante. Y sin prejuicios, necesario para poder disfrutar y entender una urbe rica capaz de generar sentimientos encontrados: fascinar, enloquecer, seducir… tan hermosa y tan compleja a la vez.
Fue en los años del reinado del mítico rey David, hace ya más de tres mil años, cuando dicen se fundó Jerusalén. Y ahí encontramos parte del encanto de esta vieja ciudad.
El Monte de los Olivos. Además de ser un lugar hermoso desde donde contemplar la mejor panorámica de la ciudad, la foto obligada de muchos turistas, es un punto que nos ayuda a orientarnos. Desde esta cima el visitante recién llegado puede hacerse una idea de la distribución de Jerusalén. Se ve todo. La ciudad vieja amurallada, la zona nueva, el laberinto de tumbas que rodean la milenaria fortaleza… La vista es más hermosa aún al atardecer, cuando el sol del ocaso tiñe la ciudad de un tono rosaceo.
Fue en los años del reinado del mítico rey David, hace ya más de tres mil años, cuando dicen se fundó Jerusalén. Y ahí encontramos parte del encanto de esta vieja ciudad.
El Monte de los Olivos. Además de ser un lugar hermoso desde donde contemplar la mejor panorámica de la ciudad, la foto obligada de muchos turistas, es un punto que nos ayuda a orientarnos. Desde esta cima el visitante recién llegado puede hacerse una idea de la distribución de Jerusalén. Se ve todo. La ciudad vieja amurallada, la zona nueva, el laberinto de tumbas que rodean la milenaria fortaleza… La vista es más hermosa aún al atardecer, cuando el sol del ocaso tiñe la ciudad de un tono rosaceo.
De camino hacia la ciudad vieja desde el Monte de los Olivos, recomiendo hacer una parada en Getsemaní. Los más religiosos identificarán este lugar con el famoso huerto donde prendieron a Jesús. Sorprende comprobar que los olivos de los que habla la Biblia siguen allí, en el mismo sitio donde los contempló el mismísmo Jesucristo.
También aconsejo entrar en la iglesia de Todas las Naciones, situada al lado del huerto y donde se conserva la roca auténtica sobre la cual, aseguran, Jesús rezó antes de su arresto. Es plana, grande y se encuentra justo frente al altar.
Las tres religiones monoteístas tienen su rincón sagrado en Jerusalén. El Muro de las Lamentaciones (o muro occidental) lugar sagrado para los judíos; la mezquita de Al Aqsa venerada por los practicantes del Islam. Y por supuesto el Santo Sepulcro, uno de los lugares más importantes para los cristianos. Tres hitos que no debes dejar de visitar si pasas por Jerusalén, independientemente de tus creencias religiosas.
Hago la primera parada en el muro de los Lamentos. Esta pared en el fondo son los restos que quedan del Segundo Templo de Jerusalén, el cual los romanos destruyeron allá por el siglo I. Para entrar hay que pasar varios controles de seguridad, algo habitual ni solo en el muro sino en todos los lugares turísticos de Israel y en algunos hoteles, centros comerciales, estaciones y por supuesto aeropuertos donde las inspecciones son intensas.
El Santo Sepulcro, el lugar más santo para los cristianos y acoge rincones católicos, ortodoxos y armenios, de ahí el extraño aspecto del templo. Se sitúa en el monte Gólgota. Y se edificó alrededor del lugar exacto donde se dice estuvo el calvario, es decir, donde estaba clavada la cruz en la que murió Jesucristo, en cuyo agujero el visitante puede meter la mano.
Dentro de la iglesia, en el centro, se encuentra la cueva o sepulcro donde fue sepultado el cuerpo ya sin vida de Jesús y donde resucitó al tercer día, y es en ese lugar donde hay siempre más colas. Mi consejo es que afrontes la visita al Santo Sepulcro con mucha paciencia.
No te vayas sin tocar la “piedra de la unción”, sobre la cual descansó el cuerpo ya sin vida del que según los cristianos fue el hijo de Dios. Muchos hitos y colas eternas en un edificio gigante y un pelín caótico. Pero fascinante.
Prohibido marcharte de Jerusalén sin visitar alguno de sus museos. Recomiendo dos por encima de todos. El Yad Vashem . Es en realidad el centro mundial de documentación, investigación, educación y conmemoración en memoria del Holocausto y su visita además de interesante pone los pelos de punta. Y por supuesto, el Museo de Israel, donde se exhiben tesoros de incalculable valor como por ejemplo los manuscritos del Mar Muerto, (que es el documento bíblico hallado más antiguo del mundo, clave para comprender la historia del judaísmo y la aparición del cristianismo).
No te vayas sin tocar la “piedra de la unción”, sobre la cual descansó el cuerpo ya sin vida del que según los cristianos fue el hijo de Dios. Muchos hitos y colas eternas en un edificio gigante y un pelín caótico. Pero fascinante.
Prohibido marcharte de Jerusalén sin visitar alguno de sus museos. Recomiendo dos por encima de todos. El Yad Vashem . Es en realidad el centro mundial de documentación, investigación, educación y conmemoración en memoria del Holocausto y su visita además de interesante pone los pelos de punta. Y por supuesto, el Museo de Israel, donde se exhiben tesoros de incalculable valor como por ejemplo los manuscritos del Mar Muerto, (que es el documento bíblico hallado más antiguo del mundo, clave para comprender la historia del judaísmo y la aparición del cristianismo).
Fuente: http://www.laviajeraempedernida.com